Diario Perfil - Sociedad | Domingo, 05 de Febrero de 2012

Cada vez más familias arman colonias en sus propias casas

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   Siguiendo la tendencia de los jardines rodantes, crece la demanda de maestras jardineras y profesores de gimnasia  que trabajan a domicilios con pequeños  grupos de chicos.

   Yael se levanta temprano para ir a la colonia. Se viste, prepara la mochila y sube dos pisos hasta el SUM del edificio. Alli la esperan una maestra jardinera y cuatro compañeritos de clase, todos ellos vecinos de la cuadra. Como hicieron sus papás, cada vez más gente opta por contratar “colonias rodantes” para entretener a sus hijos, y a los de los vecinos, sin que tengan que salir de casa.
   El verano suele ser un desafío para los padres: la escuela se toma vacaciones, pero el trabajo sigue y los chicos no pueden quedarse solos. Las colonias tradicionales requieren traslados y tiene horarios fijos, mientras que las niñeras son caras y no permiten sociabilizar. Para muchos, las opciones a domicilio son una opción intermedia y accesible.
   La propuesta es simple: se juntan varios padres que viven cerca, con hijos de edades similares, y se turnan para recibir en sus casas a las maestras. Algunas empresas que ofrecen el servicio incluso ponen en contacto a papás del mismo barrio. Lo ideal es que el edificio cuente con un salón, un patio grande o una pileta, pero no es indispensable: con correr los muebles del living es suficiente para empezar a jugar.

Atención personalizada.
   Los grupos pueden ser de entre tres y seis chicos. Las edades suelen ir entre los 6 meses a los 3 años, aunque también hay propuestas pensadas en los más grandes. Para cada edad, las actividades son diferentes. (...)
   Una de las claves del sistema es la flexibilidad. Se puede contratar en distintos horarios y la cantidad de veces por semana que los padres prefieran. “Es muy práctico para no andar corriendo ni estar pendiente de horarios; mis nenes están en casa, en un ambiente que conocen, y yo puedo salir o quedarme con ellos”, remarca Berenice Ibarra, una de las mamás que optó por este servicio.
   El precio por esa comodidad varía según la empresa y la cantidad de horas. Por cada chico se paga por mes entre 550 -tres horas de colonia, tres veces por semana- y 900 pesos –todos los días-. El foco siempre es la atención personalizada. “Como son pocos chicos, la docente los conoce muy bien y puede pensar actividades diferentes para cada grupo. Además, el contacto con las familias siempre es muy fluido, generamos buenos vínculos y les damos espacio para proponer y comentar”, explica Josefina Fatur Depetris, del jardín rodante y colonia Paso a Paso. “Para las familias, que la colonia o el jardín vaya a domicilio implica una mayor tranquilidad: los chicos están en un espacio conocido, y los papás se sienten más seguros”, agrega.

Las claves.
- Los grupos suelen ser de tres a seis chicos. Por lo general tiene hasta 3 años, pero también hay para más grandes.
- Por cada chico se paga entre $550 y $900. Se pueden hacer de una a cinco veces por semana.
- No es necesario contar con jardín, patio ni pileta: con un living grande es suficiente.
- Realizan juegos pedagógicos, títeres, talleres de expresión corporal o clases de cocina.
- Los padres se turnan para poner sus casas.

Recomendables en la primera infancia.
Por Gabriela Dueñas (Psicopedagoga, Licenciada en Educación, Docente de Psicología del Desarrollo)
   Cuando uno era chico la idea de concurrir a jardines o colonias rodantes no se le cruzaba por la cabeza a ninguna madre. Pasabas el verano en tu casa y a lo sumo invitabas a un amiguito. Estas son nuevas formas que tienen sus puntos a favor y en contra. Si bien hay quienes advierten que este tipo de propuestas favorecen la “socialización burbuja” típica de la vida en los countries, al ser de tiempos acotados y limitada sólo a una época del año esto no sucede.
   Son recomendables sobre todo en la primera infancia, es decir, para chicos menores de seis años, ya que en esa edad la falta de contacto con los pares o el aislamiento en un mundo de mayores no favorece al desarrollo. Se transforman en un buen momento para compartir.
   Son una alternativa para aquellas madres o padres que no tienen tempo de sentarse a jugar con sus hijos y corren el riesgo de que el chico se quede pegado a la pantalla de un televisor o computadora, o diciendo “me aburro”. Entre la opción de que estén solos con una empleada, o en la colonia gigante de un club, es preferible.
Es muy importante conocer bien a las personas con las que van a quedarse a cargo y que éstas organicen actividades de acuerdo con las distintas edades del grupo, que debe ser reducido. Es importante que los chicos no solo realicen actividades deportivas, sino que puedan expresarse en forma simbólica con disfraces y juegos con la pelota, que les permiten un despliegue motriz.
   Lo importante es que estas actividades no se tornen una imposición, sino un espacio de disfrute.  No sirven para niños demasiado chiquitos, de menos de 3 años, donde el juego se da en paralelo. Están al lado del otro pero no con el otro.

Giselia Nicosia y Gustavo Ajzenman

 


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ANA OWEN - MAMÁ DEL JARDÍN LOS COSMOS
Mi hija tuvo una experiencia muy positiva en el jardín rodante. Mi hija se divirtió mucho y estuvo muy bien contenida. Las actividades fueron didácticas y a la vez muy divertidas.  Tanto la maestra como la directora siempre demostraron un muy alto nivel de profesionalismo.